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La Fundación Pies Descalzos

Cuando Shakira tenía ocho años su padre había quebrado, y las envió a ella y a su madre por unos meses a California, Estados Unidos, a la casa de un amigo en Orange County. Shakira ignoraba que su padre pasaba por un momento tan difícil, y para ella esos meses fueron como unas vacaciones. Cuando Shakira regresó a su casa no quedaba casi nada del hogar confortable en el que había vivido; habían desaparecido los autos, los muebles, el televisor en blanco y negro había reemplazado al de color, y los huecos en las paredes revelaban la ausencia de los equipos de aire acondicionado.

La reacción de Shakira fue bastante lógica para una niña de su edad, habituada al confort, o sea que se enojó con sus padres por privarla de esas comodidades. Los padres, tratando de que Shakira tuviese otro punto de vista, la llevaron a un parque donde había niños indigentes, sin zapatos, que se drogaban con pegamento, y eso la marcó para siempre. Shakira comprendió que aun siendo pobre ella tenía a sus padres que la amaban, un hogar decente, y que podía asistir a un colegio.

Aunque muchos tal vez ni lo imaginen, Shakira se educó en un colegio de monjas, y una vez por semana toda la clase era llevada a uno de los barrios marginales de Barranquilla. Shakira recuerda que esos niños estaban descalzos, semidesnudos, hambrientos, con calor, y debían recibir instrucción en un lugar tan precario que no podía decirse que fuera un salón de clase.

Estas experiencias provocaron en Shakira un sentimiento de rebeldía contra esta situación tan injusta, y se prometió que haría todo lo posible por tratar de hallar una solución, tanto para esos niños como por ella misma y sus padres. Esa solución comenzaría a forjarse mucho después, pero ya estaba implantado en Shakira el germen de lo que luego sería su Fundación.

El momento propicio se produjo unos diez años después, cuando Shakira cumplió los dieciocho. Luego de la poca repercusión que tuvieron sus dos primeros discos Shakira hizo un paréntesis en su actividad artística para terminar la escuela secundaria, y en 1995 grabó su tercer album, Pies Descalzos, del cual se vendieron más de cuatro millones de copias, y la versión remix otro medio millón.

Con este éxito Shakira pudo contar con fondos suficientes para dar inicio a su Fundación Pies Descalzos, con ayuda de su padre. Al principio se trató de algo pequeño, con donaciones para orfanantos. Dos años después Shakira logró otro éxito con ¿Dónde están los ladrones?, lo que le permitió disponer de más recursos para su Fundación. Entonces se puso en contacto con María Emma Mejía, ex ministra de Educación, para que la ayudara a dirigir la fundación.

Decidida a conquistar al público estadounidense, Shakira se radicó en Miami y aprendió inglés, para presentar en 2001 Laundry Service, su primer album en ese idioma, y del cual se vendieron dieciocho millones de copias. Tras ese vinieron otros éxitos que han convertido a Shakira en la cuarta mujer más rica del mundo musical, precedida solamente por Madonna, Barbra Streisand y Celine Dion. Shakira ha ganado dos premios Grammy y siete Grammy Latino.

Shakira puede proveer ahora a la Fundación Pies Descalzos fondos suficientes para construir enormes colegios dotados de todos los adelantos que brinda la tecnología. A través de ellos no solamente se educa a los niños, sino que también reciben una alimentación adecuada y apoyo sicológico, y a sus padres se les da formación laboral, para que obtengan por sí mismos los recursos necesarios que le permitan a su familia vivir dignamente. Estos mega colegios están emplazados en tres ciudades colombianas, (uno de ellos en Barranquilla, precisamente en el lugar donde de niña Shakira era llevada con su clase), los que atienden a mas de seis mil niños con sus familias.

Tal como Shakira lo manifestó en su disertación ante 400 estudiantes de la Universidad de Oxford, sus proyectos han probado que es posible rescatar a esos niños de la miseria en que viven, comenzando por lograr que sus padres se interesen, porque ven que sus niños reciben comida, pueden jugar, y sobre todo estudiar. Y de esa forma se los protege para que no sean captados por los narcotraficantes o de que se unan a las guerrillas o los paramilitares.